Bienvenido Escutoide


Fuente: Clara Grima http://claragrima.com
Tras años de estudio, los investigadores de la Universidad de Sevilla y del Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBiS) dirigido por Luis M. Escudero, nos han dicho que las células de la piel no tienen forma de cubo, ni de prisma, ni de ninguna forma geométrica conocida hasta el momento. Ellos afirman que tienen una forma totalmente nueva: un escutoide. Nombre dado a raíz de la similitud de esta estructura con el tórax la especie Protaetia speciosa.

Este descubrimiento vino a raíz del estudio de la organización epitelial y su importancia en el desarrollo embrionario (mediante un modelo computacional) y que se relacionan con muchos órganos como pueden ser el páncreas, el tubo digestivo o el hígado.

Los responsables de su descubrimiento nos explican que las células epiteliales son como piezas de Lego que se unen para formar estructuras. En un epitelio las células se ordenan de tal manera que evitan dejar huecos entre ellas, algo que a nivel biológico se explicaba hasta ahora con prismas y pirámides. Pero nos equivocábamos.

Fuente: Wikipedia
Si tuviéramos que describir un escutoide se caracteriza por tener superficies curvas y al menos un vértice en un plano diferente al de las dos bases. Además, es como un prisma en el que hay un vértice en el medio y con las caras laterales pueden ser cóncavas o convexas, lo que permite que se encajen unas piezas con otras y no dejar huecos entre ellas.

Han demostrado como los escutoides pueden empaquetarse para llenar todo el espacio, siendo la forma más económica energéticamente para nuestras células epiteliales. Este tejido, no pudo descubrirse antes al estar muy juntas sus células, lo que impide un estudio detallado tridimensional. Al adoptar esta forma, las células gastarán menos energía cuando un tejido tenga que mantener una estructura curva. Además, sabemos que los tejidos epiteliales modifican mucho su forma durante el desarrollo para dar lugar a órganos más complejos, y esta estructura les permite un desarrollo más eficiente, comprobado junto al físico Javier Buceta, de la Universidad de Lehigh.

Fuente: https://www.nature.com/articles/s41467-018-05376-1
Lo interesante de este descubrimiento no queda aquí. Como sabemos, este tejido forma parte de múltiples órganos, por lo que esto podría tener aplicaciones en medicina, especialmente en el diseño de órganos en el laboratorio, lo que permitiría lograr unos órganos sintéticos mucho más reales. "Pensamos que nuestro descubrimiento es importante para que estos grupos, cuando hagan ingeniería de tejidos, miren que las células in vitro se organizan igual dentro del organismo", explica Escudero.

No sabemos donde llevará este descubrimiento, pero de lo que sí podemos estar seguros es que nuestro organismo nunca dejará de sorprendernos y que aún nos queda mucho por descubrir.
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